sábado, 6 de junio de 2009

UNA ENTREVISTA PERSONAL (2ª PARTE)


E: En esta novela se aleja de los espacios, ambientes, habituales en sus anteriores obras. Hay poco barrio y mucho diseño.

 

SGS: Eloy Granero es un importante hombre de negocios y vive en una gran ciudad, como la inmensa mayoría de los importantes hombres de negocios del mundo. Los espacios físicos en los que se desarrolla esta novela están en consonancia con la naturaleza de la novela y sus protagonistas. En ese sentido, sí, se puede entender como una novela urbana, contemporánea, una novela de ciudad. De hecho, me he esforzado por transmitir esa urbanidad desde el principio. Sin embargo, el mundo rural, el mundo de nuestros padres y abuelos también está muy presente. Una presencia fundamental.

 

E: Permítame una licencia. Estructuralmente, El orden de la memoria me ha recordado a Ultimas tardes con Teresa, de Juan Marsé.

 

SGS: Ese tipo de licencias se las voy a permitir siempre… y si quiere continuar diciendo que le recuerda a Coetzee, a Roth, a Foster Wallace, a Bolaño, al primer Auster o a Delillo con un toque de Stieg Larsson, se lo voy a permitir igualmente… dígalo… (risas). Supongo que se refiere al elemento de las citas y lo que suponen dentro de la narración… Pues sí, se lo reconozco, y tras haber leído una entrevista con Juan Marsé he de decirle, y de reconocerle, que se parece más, mucho más, de lo que usted podría imaginar. Y ahora permítame que sea yo el que me tome la licencia de no clarificar más en este sentido, por el momento…

 

E: ¿Las citas son sólo una reivindicación estética?

 

SGS: En absoluto. Forman parte de la narración, no son unos meros fragmentos decorativos. De hecho, algunas citas no pertenecen a escritores que me interesen especialmente. Las he escogido por la información que aportan o insinúan, más que por afinidad estética…

 

E: El orden de la memoria es una novela muy visual, muy cinematográfica. Sin embargo, no he encontrado en esta novela las referencias cinematográficas de anteriores novelas suyas, que bien podrían entenderse como cameos metacinematográficos.

 

SGS: En gran medida, tardé tan poco en escribir el primer borrador de El orden de la memoria porque “veía” la novela. Estaba frente una gran pantalla y sólo tenía que contar lo que estaba viendo…  Esa visualidad que yo sentía traté de incorporarla a la novela desde el principio. De hecho, empleo técnicas cinematográficas en esta novela, donde el flashbacks tiene un protagonismo absoluto. También intenté que las descripciones fueran planos, imágenes muy concretas que la cámara es capaz de recoger en un breve barrido. Sí, es cierto, no he “vampirizado” en esta ocasión a mis películas preferidas… aunque volveré a hacerlo…

 

E: Leyendo El orden de la memoria, he creído notar un ejercicio de permanente contención por su parte.

 

SGS: Más que de contención, a mí me gusta hablar de arquitectura y de economía. He pretendido alzar esta novela sobre un plano supuestamente muy simple, sin excesivas curvas… a simple vista. Y más que contenido, he querido ser muy económico: contar lo máximo sin necesidad de grandes discursos. Esta economía ha posibilitado que la acción se imponga sobre la no acción. En El orden de la memoria pasan muchas cosas…

 

E: Con la publicación de esta novela parece confirmarse el desembarco de una nueva generación de narradores españoles en las editoriales más solventes de este país. ¿Casualidad, estrategia?

 

SGS: No creo que haya nada premeditado, forma parte de una ley natural… No entiendo que haya que darle más vueltas, no hay segundas explicaciones. En todas las disciplinas artísticas, en todos los ámbitos sociales, de la política a la economía, se producen estos lógicos, necesarios y naturales relevos generacionales… Nadie es eterno… Yo también tendré ochenta años, eso espero, y un joven narrador publicará en una editorial importante…

 

E: ¿No cree en el concepto de Generación Literaria?

 

SGS: Sé lo que me quiere preguntar y no tengo nada que decir al respecto.

 

E: Una pregunta obligada, ¿para cuándo una nueva entrega del Novelista Malaleche?

 

SGS: Publiqué la primera entrega, La novela de un novelista malaleche, en 1999. El batallón de los perdedores apareció en 2006, y Guadalajara 2006 en 2007… Por el momento no sigo ninguna lógica aritmética… El malaleche aparece cuando menos lo espero. Por el momento lo veo dormido, descansando… Sé que volverá a despertar… pero no utiliza despertador, duerme a pierna suelta… No lo sé, sinceramente… No tengo ningún proyecto en mente…

 

E: Ya que usted lo ha mencionado, ¿se encuentra inmerso en un nuevo proyecto?

 

SGS: Mi único proyecto, por el momento, es El orden de la memoria.

 

Gutiérrez Solís enciende un nuevo cigarrillo y, a continuación, le pide al camarero agua con gas en un vaso con mucho hielo.

 

E: ¿Qué cree que puede aportar esta novela dentro de su trayectoria literaria?

 

SGS: Sinceramente, espero que me aporte mucho, mucho… Creo que en esta novela hay un salto cualitativo con respecto a toda mi producción anterior… Yo no me arrepiento de ninguna de mis novelas, pero sí considero que la primera novela de Salvador Gutiérrez Solís es La novela de un novelista malaleche. Si personalmente empleamos varios años en “construirnos”, tal vez los creadores tardemos más en ser nosotros mismos, en tener una voz propia. Mis primeras novelas están escritas desde la admiración… el peso de las sombras es demasiado evidente… Mi primer gran salto fue el MalalecheEl orden la memoria puede que sea un triple salto…

 

E: Por lo que acaba de comentar, ¿es El orden de la memoria su mejor novela?

 

SGS: No le quepa la menor duda. En esta novela reconozco al escritor que soy hoy y al que pretendo ser en el futuro… Y con esto no trato de decir que he descubierto el “tipo” de novela en el que me siento más cómodo. No es eso. Me refiero a que soy más yo, más limpio, menos intoxicado. Más preciso, más económico. Ya no necesito andar tanto para llegar al mismo lugar, he aprendido a caminar.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario