miércoles, 27 de mayo de 2009

SUSPENDIDA LA PRESENTACIÓN DE EL ORDEN DE LA MEMORIA EN CÓRDOBA














EN LOS PRÓXIMOS DÍAS ANUNCIARÉ LA FECHA DEFINITIVA.

DISCULPAD LAS MOLESTIAS.

Os espero (CUANDO SEA). 

jueves, 21 de mayo de 2009

UNA ENTREVISTA PERSONAL (Iª PARTE)


Es un día soleado. Salvador Gutiérrez Solís me espera sentado, en la terraza de la cafetería. Le acompañan un cigarrillo, que humea en el cenicero, un café y un ejemplar de su flamante nueva novela, El orden de la memoria, publicada por Ediciones Destino.

 

Entrevistador: Me encanta la portada.

 

Salvador Gutiérrez Solís: Es la portada perfecta para esta novela, es algo que podrán descubrir todos los que la lean. En cierto sentido, casi se puede entender como un resumen, o casi como un capítulo más de El orden de la memoria. Es un fragmento de una obra titulada “Black dress” del pintor norteamericano Alex Katz. El acierto de mi editora, Silvia Sesé, es total, un acierto absoluto.

 

E: ¿No escogió usted la portada?

 

SGS: No, no… Yo soy escritor, o intento ser escritor… Hace ya años que decidí no involucrarme en tareas que desconozco o para las que no me siento preparado.

 

E: Hablemos de El orden de la memoria, su primera novela en una editorial de las llamadas “grandes”, en Ediciones Destino. ¿Ha notado el cambio, que le ha supuesto, por el momento?

 

SGS: Cuando comencé a escribir esta novela no sabía que acabaría siendo publicada por Ediciones Destino, aunque sí tuve muy claro, desde los primeros capítulos, que me depararía buenas y agradables sorpresas. Hacerlo en esta editorial ya es una gran noticia para mí. ¿Cambios? El mayor cambio que espero es el de poder llegar a un número más amplio de lectores, el ser más asequible, más visible, en todos los sentidos. Aunque estos cambios los podría calificar como “externos”, ya que los “internos” los vengo notando y disfrutando desde hace meses. Mi editora, Silvia Sesé, es un magnífico exponente de ese perfil de editor que se está perdiendo en el sector editorial español. O sea, una persona que lee tu obra con otra percepción, que te propone cambios, que te acompaña en la corrección, que te sugiere propuestas… Los escritores nos situamos en el mismo plano que nuestras obras, lo que nos provoca una aguda miopía que nos impide descubrir esas sombras que sí son perceptibles desde la distancia…

 

E: ¿Me podría explicar como ha sido el proceso de redacción de esta novela, cómo surgió?

 

SGS: Voy a utilizar una palabra muy actual: BIPOLAR. Porque, realmente, ha sido un proceso bipolar. Por una parte, el grueso de la novela, el primer borrador, lo escribí en apenas veinte días. Un buen día me encontré con un poema de Raymond Carver que planteaba una pregunta final, una semana después vi una película, cuyo título prefiero obviar, y finalmente leí una noticia en la prensa que respondía a la pregunta de Carver. Estaba ahí, delante de mis ojos, en un curioso puzzle que el azar o la casualidad me quiso regalar, El orden de la memoria. Fueron veinte días maravillosos y angustiosos; maravillosos porque no cesaba de escribir, pero angustiosos porque temía dejar dentro de mi cabeza todo lo que albergaba. Sin embargo, la otra parte de la citada bipolaridad, todo el proceso de corrección, selección, precisión, ha sido muy lento y laborioso, un trabajo de casi tres años.

 

E: ¿Qué nos puede contar de El orden de la memoria?

 

SGS: Estilísticamente, es mi novela más precisa, más limpia, más clara y visual. He tratado de ofrecer una escritura sin adornos superfluos, muy comedida… Estructuralmente, es mi novela más compleja, más arquitectónica… me ha llevado mucho tiempo lograr que todas las piezas encajen, que ninguna quede fuera de su lugar… Argumentalmente… voy a tratar de ser prudente, pero lo cierto es que me da miedo confesar la coincidencia de El orden de la memoria con la actualidad que inunda cada días las portadas de los periódicos… y es que tres de los grandes temas o protagonistas de esta novela son: la economía/mundo empresarial, las desapariciones/asesinatos de chicas jóvenes y los cerdos… Si me hubiera dado por citar a Carla Bruni o a Obama parecería una de esas Tv movies que estrenan quince días después de haberse producido la noticia… En El orden de la memoria, esa coincidencia es absolutamente casual.

 

E: Quien se acerque a El orden de la memoria sólo va a encontrar al Gutiérrez Solís sarcástico e irónico de anteriores títulos en breves pinceladas. ¿Cree que puede decepcionar a parte de sus lectores?

 

SGS: En primer lugar, no sé lo que es “mis lectores”. Propongo una fiesta, que los invito a todos, yo pago la cerveza. En segundo lugar, creo que sí decepcionaría verdaderamente a “mis lectores” si libro tras libro les ofreciera el mismo modelo de narración, la misma propuesta estética… El placer mayor que me produce la literatura es el aprendizaje, y sólo aprendo o crezco planteándome nuevos retos. No soy conformista, me niego a ser hoy el mismo escritor que fui ayer o el que seré en el futuro. Hay un tipo de escritor que detesto: el que, bajo diferentes títulos, se pasa toda la vida contando la misma historia, y de la misma manera. Eso es como ver el mismo gol de Raúl domingo tras domingo… Aunque se trate de un gol magistral…

 

E: Me ha llamado poderosamente la atención de esta novela su personaje principal, Eloy Granero. ¿La erótica del mal o la erótica del poder?

 

SGS: El mal puede ser un poder… No creo que Eloy Granero sea un ejemplo del mal en letras mayúsculas, no es el malvado habitual. No tiene conciencia de ser un malvado. Tampoco creo que sea poderoso, aunque su estilo de vida o sus ingresos nos inviten a pensarlo. Creo, sencillamente, que Eloy Granero es un tipo devorado por los malos momentos… Es decir, en esta novela trato de analizar hasta dónde podemos llegar, qué sería de nosotros, si las condiciones más nefastas se combinaran y ensamblaran en nuestra contra durante un minuto o diez segundos… Y cuando me refiero a “condiciones más nefastas” no estoy señalando aquellas condiciones más habituales y rutinarias de nuestras vidas, como: estoy estresado, se me ha perdido el tabaco de la guantera del coche, he discutido con mi mujer porque me pone los cuernos, he dejado a mi hijo en casa con cuarenta de fiebre, mi jefe me quiere despedir y acabo de chocar con un turismo del que baja un individuo cagándose en mi madre y yo tengo, por casualidad, una llave inglesa al lado… No es eso… No… Me refiero a la debilidad personal que te lleva a escoger modelos que consideras inalcanzables, a lo que esperan de ti los demás, a no sentirte a gusto con tu vida… No es un ejercicio de casuística esta novela. O sí, pero una casuística más íntima... 

(continuará)

lunes, 18 de mayo de 2009

EL ORDEN DE LA MEMORIA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA















Nos lo hemos pasado muy bien. Grande Alejandro Luque, brillante, amigo, ágil.

ENTREVISTA EN EL CORREO DE ANDALUCIA



«No prometo que no haya sangre en mi próxima novela»

Por Alejandro Luque

–¿Qué tienen en común el perverso protagonista de El orden de la memoria con su autor?

–El Real Madrid, los frutos secos y los restaurantes argentinos. Nada más, afortunadamente.

–Pone como paradigma de la maldad a un empresario. ¿No habría cuadrado mejor, dados los tiempos, un banquero? 

–Hay banqueros, bancarios, tiburones, usureros y demás especies. Eloy Granero es un “malvado” circunstancial, no ejerce siempre de malo. Pero cuando es malo es muy malo, es un monstruo. Quería que mi personaje lo tuviera todo a su favor, aparentemente. 

–¿Qué es más difícil para un escritor, describir un crimen o una escena de alcoba? –Si uno fuera un vanidoso diría que un crimen, como dando a entender que de la cama lo sé todo... 

–Antes de este libro, firmó la saga satírica del novelista Malaleche, la biografía de un torero californiano... ¿Promete que en la próxima no habrá ni gota de sangre?

–No puedo prometerlo: la habrá. 

–Hay escritores que aseguran que los verdaderamente temibles son los lectores. Ahora que estamos de ferias del libro, ¿qué es lo más raro que le ha pasado con los suyos?

–Un día me escribió una chica diciéndome que se llamaba igual que la esposa del novelista Malaleche... No tuve arrestos para responderle. Espero que no me escriba ningún Eloy Granero diciendo que es fotógrafo y que me quiere retratar...

–Ha sido de los primeros en promocionar su novela por facebook. ¿Se nota en las ventas?

–Es pronto para saberlo. Espero que sí, aunque el tiempo lo dirá. Lo malo es que facebook me ha deshabilitado dos veces la cuenta de amigos de El orden de la memoria... con más de 1.500 amigos y yo me he dicho: antes morir trampeando que vivir deshabilitado.

–El público lector no lo sabe, pero también hemos hecho esta entrevista vía facebook. Si yo fuera Jesús Quintero le preguntaría si se ha sentido bien.

–De maravilla: me he comido una palmera de chocolate, me he bebido un café y me he fumado dos cigarrillos y usted ni se ha enterado. Una cosita aseada.

sábado, 16 de mayo de 2009

PRESENTACIÓN DE EL ORDEN DE LA MEMORIA EN SEVILLA


A las siete de la tarde, en la Pérgola de la Feria del Libro en Sevilla (a veinte metros del bar -cerveza fresquita-), el lunes 18 de mayo, este lunes, ya, presento El orden de la memoria.

Me acompaña el gran Alejandro Luque, amigo y compañero. Y también espero que me acompañen varias docenas de amigos y familiares. Paso lista.

Os espero

PD Ya no hay perfil de Facebook. La supuesta red social, sin previo aviso, tras contar con más de 1.000 amigos, hace ejercicio de su -fascista- autoridad y finiquita la página. ¿Las Nuevas Tecnologías nos harán libres? Facebook, desde luego, no. 

lunes, 11 de mayo de 2009

PRÓXIMAS PRESENTACIONES DE EL ORDEN DE LA MEMORIA


Viernes, 15 de mayo, 19 h., Jaén, Feria del Libro.
Lunes, 18 de mayo, 19 h., Sevilla, Feria del Libro.

Me encantará veros.

Saludos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

sábado, 9 de mayo de 2009

ENTREVISTA EN EL DÍA DE CÓRDOBA

"Estoy empeñado en ordenar y seleccionar mi propia memoria"

El cordobés relata las oscuras pasiones de un triunfador en 'El orden de la memoria', una obra en la que confirma su dominio de las más sofisticadas formas novelísticas

ALFREDO ASENSI / CÓRDOBA | ACTUALIZADO 10.05.2009 - 05:00
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Salvador Gutiérrez Solís, con su nueva novela.

Salvador Gutiérrez Solís da un nuevo paso en su trayectoria novelística con El orden de la memoria, una obra sobre la perversión y las trampas del éxito que acaba de ser publicada por la editorial Destino. 

-¿Conoce a muchos Eloy Granero?

-En la apariencia externa, los últimos años han sido prolíficos en tipos como Eloy Granero. Es decir, personajes asociados al dinero, entendiendo el dinero como gran paradigma social. Muchos de estos personajes han sido modelos, una especie de iconos, incluso espejos en los que mirarnos. En muchos casos no han soportado el paso de los años o de esta crisis que actúa como un ciclón ante muchos falsos castillos: los creíamos de oro y mármol y no pasan de papel con tonalidades brillantes. Sería de agradecer que muchos de estos Eloy no escondan en su interior otra vida como la del personaje de El orden de la memoria. Sin embargo, a pesar de su apariencia externa, Eloy Granero no se siente feliz con la imagen que desprende.

-Ese personaje sale todos los días en los telediarios: poderoso sin brillo que lo tiene todo y no tiene nada, conciliador perfecto de la elegancia y la mediocridad, el glamour y la perversión...

-Aun siéndolo, aunque su estilo de vida o sus ingresos nos inviten a pensarlo, Eloy Granero no se siente una persona poderosa. Todo lo contrario. Creo, sencillamente, que Eloy Granero es un tipo devorado por los malos momentos, por su propia casuística… En El orden de la memoria trato de analizar hasta dónde podemos llegar, qué sería de nosotros si las condiciones más nefastas se combinaran y ensamblaran en nuestra contra durante un minuto o diez segundos… Y cuando me refiero a estas condiciones nefastas no estoy señalando aquellas condiciones más habituales y rutinarias de nuestras vidas, como: "Estoy estresado", "Se me ha perdido el tabaco de la guantera del coche", "He discutido con mi mujer porque me pone los cuernos", "He dejado a mi hijo en casa con cuarenta de fiebre", "Mi jefe me quiere despedir"... No es eso, no. Me refiero a la debilidad personal que te lleva a escoger modelos que consideras inalcanzables, a lo que esperan de ti los demás, a no sentirte a gusto con tu vida… 

-¿Así es la sociedad en la que vivimos? ¿Todo es fachada, imagen, exhibición, cadáveres en el armario, turbiedad? ¿Hay posibilidades de regeneración ética? 

-Vivimos devorados por una pandemia que es inmensamente más voraz y dañina que la gripe porcina. Vivimos devorados por la saturación informativa, y eso que yo considero que la información es el camino de la libertad: la correcta información. Pero ésta nos llega sin procesar, sin digerir, y con una dura competencia entre sus emisores. Al final, percibes que las personas que no comulgan con la exhibición, que no coleccionan muertos en su armario, las que practican cada día, en sus familias, en sus trabajos, en sus barrios o en sus círculos de amigos, una auténtica y real regeneración ética (que son muchas, en muy diferentes ámbitos sociales), son invisibles, no las conocemos. No nos muestran sus rostros, desconocemos sus nombres, no interesan, no son argumentos sólidos con los que seguir compitiendo. 

-Es muy interesante el papel que la fotografía adquiere en la obra. Por un lado, como vía para afrontar la realidad desde una perspectiva que facilite su comprensión, incluso para construir esa realidad; por otro, como representación del orden imposible que el protagonista quiere conceder a su vida.

-La fotografía es fundamental en El orden de la memoria. En realidad, tanto el orden de la memoria como las fotografías son lo mismo: el tiempo. El tiempo es el que realmente selecciona, clasifica y ordena nuestra memoria. El que escoge esos instantes, esos rostros, esas emociones que merecen mantenerse vivas en nuestro interior. Eloy Granero intenta, por todos los medios, controlar su memoria, extraer de ella acontecimientos que considera dañinos, de los que se arrepiente en cierto modo, que no le son gratos… Sin embargo, tanto el tiempo como la fotografía juegan en su contra, están ahí recordándole lo que es..., lo que tal vez siempre será.

-La novela puede ser analizada a partir de conceptos cinematográficos: por ejemplo, el uso del flashback y del montaje, dos herramientas que usted maneja como recursos narrativos de primer orden.

-Tal vez alguien no entienda lo que voy a decir, pero es lo que realmente me sucedió. El orden de la memoria, en su construcción, es una novela bipolar, en el sentido de que tardé muy poco tiempo en definir su primer trazado, pero luego me ha llevado años concluirla. Y tardé tan poco en escribir el primer borrador porque veía la novela. Estaba frente a una gran pantalla y sólo tenía que contar lo que estaba viendo… Esa visualidad que yo sentía traté de incorporarla a la novela desde el principio. De hecho, empleo técnicas cinematográficas en esta obra, en la que el flashback tiene un protagonismo absoluto, y, por supuesto, el montaje. También intenté que las descripciones fueran planos, imágenes muy concretas que la cámara es capaz de recoger en un breve barrido. La redacción posterior me ha llevado tanto tiempo, sobre todo, por respetar esa visualidad. Cada plano es la pieza de un puzzle que poco a poco va encajando, y necesitaba que fueran planos muy limpios, muy concretos, que nunca perdiera el lector la información necesaria.

-La narración va y viene sobre sí misma, continuamente se retroalimenta al tiempo que se expande. Construye usted un sistema narrativo en el que cada pieza encuentra su sitio y en el que, a pesar de su carácter no lineal, es imposible perderse. ¿Nace esto de una conciencia previa absoluta de cada detalle de la historia? 

-Cuando un creador comienza una obra, ya sea un músico, un cineasta o un pintor, en su mente habita un deseo, una esperanza de lo que quiere que sea su obra una vez finalizada. En multitud de ocasiones, la distancia entre el deseo y la realidad es enorme, no se sitúan en el mismo punto. Es una situación muy frustrante, que yo he vivido y padecido en algunas obras anteriores. Sin embargo, y no quiero padecer vanidoso, en El orden de la memoria eldeseo y la realidad se sitúan en el mismo punto. Es una novela absolutamente premeditada, no he dejado nada al azar, todo se desarrolla según lo que había previsto con anterioridad. En esta novela, por decirlo de algún modo, siento que he aprendido a contenerme, a seleccionar y a esperar. En más de una ocasión he congelado deliberadamente la novela para volver a ella un tiempo después, con ojos nuevos, diferentes. Me tenía que alejar de ella para comprobar, desde la distancia, que no había rincones oscuros, que no había siluetas difusas, que todo era nítido.

-Llama la atención también el diálogo que se produce entre el narrador y el personaje. Este último matiza o explica con frecuencia las afirmaciones del narrador. Como si el personaje fuera consciente de que alguien está contando sus miserias y no le importara... 

-De igual manera que siempre tuve muy claro que Eloy Granero debía pertenecer a una posición social elevada, para no caer en el estereotipo ese que nos habla de que hay "gente predestinada a…", también siempre tuve claro que no podía utilizar un narrador omnisciente sin más. Es un narrador entrometido y comprometido, con afán de protagonismo, que en muchísimas ocasiones es un personaje más de la novela. Y un personaje vivo, con sus propias reflexiones y sus propias dudas. Un personaje a ratos quejica, irónico, burlón…

-¿Está en orden su memoria?

-En ese sentido, y sólo en ese sentido, lo recalco, sí guardo un cierto parecido con Eloy Granero. Estoy empeñado en ordenar y seleccionar mi propia memoria. No quiero conservar en ella el dolor, los malos momentos, el sufrimiento propio y el de mis seres queridos… No los quiero conservar, pero, al mismo tiempo, tampoco los quiero olvidar… Son lecciones que la vida te da y que inciden en tu construcción personal.

Alfredo Asensi
El Día de Córdoba

EL ORDEN DE LA MEMORIA EN LA PRENSA


http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/418504/gutierrez/solis/retrata/las/perversiones/exito/orden/la/memoria.html



miércoles, 6 de mayo de 2009

EL ORDEN DE LA MEMORIA YA ESTÁ EN LAS LIBRERÍAS


Después de tanto tiempo, llegó el día. 

Mi mayor deseo: que os guste.

Próximas presentaciones: 

-Día 15 de mayo, 19 h., Feria del Libro de Jaén.
-Día 18 de mayo, 19 h., Feria del Libro de Sevilla.

Os espero.

sábado, 2 de mayo de 2009

ADELANTO EDITORIAL EN EL GRUPO JOLY

Divorcio

Ediciones destino publica 'El orden de la memoria', nueva novela del escritor cordobés Salvador Gutiérrez Solís, una de las voces más destacadas de la actual narrativa andaluza. La vida de éxito de Eloy Granero, presidente de una próspera empresa, se ve amenazada cuando el hombre recibe entre su correspondencia un sobre con una inquietante fotografía. El libro, del que Grupo Joly ofrece hoy fragmentos del primer capítulo, estará en las librerías a partir del jueves.

| ACTUALIZADO 03.05.2009 - 05:00
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SEGÚN el reloj de Eloy Granero -Aeterna, edición de coleccionista-, llega cinco minutos tarde a la cita con su abogado matrimonialista. Con suerte, si la combinación de las circunstancias es la correcta y si Rosa acepta lo pactado, hoy firmará su segundo divorcio. 

-Dos años y siete meses de matrimonio, cuánto tiempo, demasiado tiempo. ¿Qué pasó? 

Lo de siempre: infidelidades, discusiones, silencios, incompatibilidades, rarezas, desprecios. 

-Lo de siempre -reflexiona Eloy Granero. 

Realmente no le duele, no le afecta, sólo espera que lleguen a un acuerdo lo antes posible, que dure poco tiempo todo el proceso. Nada más. El tiempo sí le preocupa, obsesivamente, a Eloy Granero; pero el tiempo como una inversión en su vida, en sí mismo. 

Según el reloj de Eloy Granero -Aeterna, regalo de su padre-, es la hora indicada, y cinco minutos más, las diez y cinco de la mañana, y su abogado matrimonialista no ha aparecido. Lo espera frente a un quiosco de prensa, lee los titulares, examina las portadas de los periódicos deportivos, las portadas con mujeres desnudas; la revista Gente ocupa un lugar destacado; «es fácil de ver» -una fácil deducción-. Sigue esperando. 

Eloy Granero no va a entrar solo en el despacho de los abogados de la que es todavía su esposa. Prefiere esperar, y fingir que está muy enfadado; está convencido de que eso le asustará a su abogado matrimonialista. Le asustará y le hará reaccionar, se mostrará más dispuesto, más profesional, será capaz de cualquier cosa con tal de acabar con su enfado. No está acostumbrado Jaime a un Eloy Granero enfadado, un tipo moderado en el carácter, cordial, educado. Templado, es un adjetivo que se emplea mucho en estos casos. 

Según el reloj de Eloy Granero -Aeterna, doce años de antigüedad-, ve aparecer a su abogado matrimonialista tras la primera esquina cuando pasan algo más de doce minutos sobre la hora prevista de la cita. 

-Quiero que hoy, ahora, sea más eficiente que nunca. 

Eloy endurece el gesto. 

-Estoy muy enfadado. 

-Estoy muy cabreado -le quiere decir con la mirada. 

El abogado lo ha entendido, contempla a un desconocido y enfadado Eloy Granero, y corretea como un cochinillo. Todo el tiempo dedicado a la perfecta posición de la corbata, a que la chaqueta le cuelgue de los hombros con mesura y rigidez; todo el tiempo dedicado a conservar la raya del pantalón, la gomina del peinado, el maletín en la mano, como si fuera un ministro, a la mierda por un gesto. 

«Vaya cabreo que tiene éste», piensa Jaime, el abogado. 

Apenas faltan tres metros para que se encuentren, y, con la mayor frialdad que es capaz de demostrar, Eloy Granero ejecuta el último movimiento que le ha de garantizar una eficacia absoluta: mira el reloj de nuevo. Según el reloj de Eloy Granero -Aeterna, de oro macizo-, pasan trece minutos sobre la hora prevista de la cita. 

-Perdón por el retraso -apenas puede decir el abogado, asfixiado y sorprendido por el desconocido gesto de su cliente. 

(…)

De reojo, Eloy observa cómo enrojece, apenas puede seguirle. Lo del paddle sólo se lo ha dicho para fastidiarle, aunque lo empieza a creer. Demasiado débil, lento y enano como para ser esa fiera que dice ser. El paddle es un juego rápido, a pesar de que todos los maduros con problemas de corazón y de peso lo practiquen. 

(…)

El abogado matrimonialista se detiene a explicarle al portero del edificio quiénes son y adónde van. Eloy Granero, absorto, contempla el cuadro de luces que hay en una esquina. La puertecilla está abierta. Decenas de cartelitos enuncian las utilidades de los diferentes pulsadores. Caldera calefacción, luz entrada, luz escalera, luz azotea, luz planta primera, luz planta segunda, luz portería, motor de refrigeración, motor ascensor, bomba de agua. A Eloy Granero le gusta el orden. Le gusta que todo esté claro, con su nombre, con su cartelito. Pero mucho más le gustaría comprobar si todos los cartelitos dicen la verdad, si son algo más que el escaparate de un orden aparente. A Eloy Granero le encantaría que ese cuadro de luces fuera verdad, que realmente estuviera bien señalizado, que sirviera, que los letreritos escondieran realidades concretas. Le fascinan las cosas que sirven, que funcionan, que son útiles. Esas cosas, está convencido Eloy Granero, son nuestras grandes aliadas, porque son las mejores amigas de nuestro tiempo: nos regalan tiempo. 

-Jaime, por favor, no quiero volver a tomar este ascensor, no, no quiero -gesticula un atormentado Eloy Granero. 

-Le prometo que no lo volverá a tomar -le responde el abogado, visiblemente agobiado. 

No duda. Un gesto que alegra a Eloy Granero. 

-No lo quiero volver a tomar -aun así insiste. 

-No lo tomará -le repite. 

Eloy Granero piensa durante un segundo que no es tan grave divorciarse por segunda vez a los cuarenta. Entiende que mucho peor habría sido no haberse casado nunca, haber estado solo, soltero. 

-No soy una excepción, hay muchos y muchas como yo, y cada uno con sus propias razones -razona Eloy Granero. 

(….)

Las secretarias miran a Eloy Granero, pero él pretende fingir que las ignora. Atraviesan un pasillo acristalado. Los pasantes, los procuradores y los administrativos levantan la vista ante su paso. Eloy Granero es el acontecimiento del día, puede verlos contando la gran noticia en sus casas. Pepe, o Carmen, o Luis, o María, como se quieran llamar, hoy ha estado en el despacho Eloy Granero, sí, el de los grandes almacenes, los pantalones que tanto te gustan, pues ése, que nosotros le hemos llevado el divorcio a su mujer, menuda crujida le ha pegado la tía, aunque eso para él es calderilla, que ese tío maneja, que está forrado, y cómo era, pues un tío normal, nada del otro mundo. Eloy Granero los cree escuchar. 

-Hola, Eloy, ¿cómo estás? -le pregunta sin ningún interés Rosa. 

-Señor Granero -dicen al unísono, al tiempo que le ofrecen sus manos, también al unísono, los dos abogados que acompañan a Rosa, Perales y Méndez. 

-Qué tal -Eloy Granero aprieta las manos sin fuerza, deja resbalar la suya. 

Gestos de superioridad que ha aprendido, y potenciado, a lo largo de los años. Gestos que le cuesta escenificar. 

Los abogados comienzan con su palabrería. Es un despacho luminoso y escueto, uno de esos despachos modernos que tratan de proclamar el minimalismo como el gran paradigma de la elegancia. Rosa no es nada minimalista, nunca lo ha sido. Ni personal, ni exteriormente. Tampoco mentalmente. No lo es, no. Cuando aún eran pareja, Eloy Granero no la encontraba tan barroca como ahora. 

«Parece un árbol de Navidad que han decorado en un zoco turco», piensa Eloy. 

El gusto por exponer sus joyas, que es una mujer con recursos económicos, la han transformado en una mujer dramática, exagerada en la apariencia y en los gestos. Rosa es una mujer preocupada por su aspecto, por la imagen que quiere mostrar. 

«Fuma como una puta, no lo puede evitar. Quiere ser sofisticada y fuma como una auténtica puta, pero de burdel barato. Yo he conocido a decenas de putas infinitamente más elegantes que ella. Y que fumaban con mayor elegancia, de forma natural. Puede ser que sea cierto ese dicho que tanto se repite, la elegancia es natural, es algo añadido a la naturaleza de las propias personas. Cuando una puta es elegante, es la mejor mujer que un hombre puede encontrar», reflexiona Eloy Granero mientras se desarrolla la reunión. 

(….)

Retoman su tertulia farragosa, de legalismos estúpidos que son sinónimos de palabras que todos entendemos pero que los abogados no quieren pronunciar. Es la forma de demostrar su poder, que son un gremio, los años de Universidad, los honorarios que pasan, el IVA que nunca quieren cobrar, su altivez de profesionales eruditos. No prestarles atención es como entregar a un orador a un auditorio vacío o a un torero a una plaza sin espectadores en los tendidos. 

Rosa mira al que fue su marido desde el otro lado de la mesa, sigue fumando. Disfruta en esta situación, creyéndole bajo sus pies. Rosa siempre ha sabido cómo amedrentar a Eloy, cómo reducirlo, minimizarlo con sólo una mirada, con un gesto, con dos palabras. Sólo con dos palabras. 

Un bolígrafo cae al suelo y Eloy se inclina para recogerlo: Rosa sonríe; lo conoce. Contemplándola ahora, no adivina Eloy Granero a recordar lo que le empujó a casarse con ella. En la cama era suficiente, pero tampoco era una locura; jamás perdió el control. Ése es uno de los grandes poderes que las mujeres pueden ejercer sobre un hombre: la cama. Una mujer que folle bien, y que luego sea elegante fumando un cigarrillo es una gran mujer. 

Deseable para cualquier hombre, sea puta o no. En eso no piensas en esos instantes, sólo gozas y pierdes el control. Nunca perdió Eloy el control con Rosa.

viernes, 1 de mayo de 2009

PRESENTACIÓN DE EL ORDEN DE LA MEMORIA EN HUELVA


Día: 7 de mayo.
Hora: 20 h.
Lugar: Biblioteca Pública Provincial (Avda. Martín Alonso Pinzón, 16)