lunes, 12 de octubre de 2009

ENTREVISTA Y RESEÑA EN LA BIBLIOTECA IMAGINARIA

http://www.labibliotecaimaginaria.es/page10.php

Esta semana, y tras el tan merecido puente de la Hispanidad, en La Biblioteca Imaginaria tenemos el placer de ofreceros la entrevista que hace unos días nos ha concedido, vía email, el escritor Salvador Gutiérrez Solís, en relación a su última novela El orden de la memoria, una obra que no puede dejar a nadie indiferente, una lectura amena y original (como siempre, la reseña, tras las palabras del autor), un libro del que probablemente ya habrás oído hablar.


Sin más, aquí os dejo con las interesantes respuestas del autor. Disfrutadla:


¿Cuándo empezaste a escribir?


Puedo responderte cuándo, que fue inusualmente tarde, si me comparo con buena parte de mis compañeros. Hasta los 27 años no comencé a escribir narrativa. Me recuerdo desde que tengo uso de razón con un libro entre las manos, pero hasta los 27 no me planteé pasar al otro lado e inventar mis propias historias. Creo que si la edad de inicio puede entenderse como extraña, mucho más mi primer texto: una novela. La presenté al premio de novela de Universidad de Sevilla y gané. Pasé en seis meses de ser un lector a un escritor con un libro en las librerías. Creo que escribí mi segunda novela sólo para comprobar si la primera no había sido una casualidad…


Me costaría mucho más trabajo responder por qué comencé a escribir.


¿Dónde encuentras normalmente la inspiración?


La realidad, la realidad, la realidad. Me documento a través de la curiosidad y de la observación. Me interesa sobremanera el día a día, el ruido de las calles, los empujones de los bares, las miradas en el autobús… Además, entiendo este periodo histórico que estamos atravesando como uno de los más alucinantes de cuantos ha contado la humanidad. Un tiempo de constantes cambios, de constante transformación. Un tiempo susceptible de analizar y de ser contado.





¿Cómo surgió la idea de escribir El orden de la memoria?


La chispa de El orden de la memoria surgió a partir de una película, una noticia en un diario y, sobre todo, un poema de Raymond Carver. El poema con el que concluye la novela. Entendía que contaba con tres piezas que articulaban un puzzle. O, más que un puzzle, una película que se proyectaba en mi cerebro. Debo de reconocer que el armazón inicial de la novela lo tracé en muy poco tiempo. Sin embargo, alcanzar el tono ideal, la distancia y la visibilidad me ha llevado varios años.


¿Te obsesiona el tiempo? ¿Y el orden?


El orden, para nada. Creo que cada uno cuenta con su propia definición del orden, que en muchos casos es radicalmente diferente a la de quien tenemos al lado –para desgracia de ambos-. El tiempo no consumido, no vivido, no disfrutado, sí me obsesiona. Debo de reconocer que soy una persona muy activa y los “tiempos muertos” no me relajan, todo lo contrario.


¿Guardas algún secreto inconfesable que nunca revelarías?


Ja, ja… Menuda pregunta. Todos tenemos nuestros secretos, creo. Yo los tengo, pero tal vez sean inconfesables por mi propio pudor más que por su naturaleza. Si los comparo con los de Eloy Granero, mis secretos se los podría contar a Heidi sin causarle ningún trauma.





¿Se parece Eloy Granero a alguien que hayas conocido?


No, afortunadamente. No se parece a nadie que haya conocido, al menos, personalmente. Tampoco es Eloy Granero un prototipo, un ser fácil de encontrar. Como ya he comentado en alguna ocasión, Eloy Granero es un “malo” a “tiempo parcial”, sólo unos minutos durante toda su vida, porque tampoco creo que haya “malos” que lo sean las veinticuatro horas del día. Seguro que Manson tuvo momentos de afecto, y Hitler y todos ese miles de “malos” que han traspasado la línea del tiempo.


¿Por qué es Eloy incapaz de tener remordimientos?


Porque tiene su propia moral, porque en el fondo él también se reconoce casi como una víctima, como una persona sobrepasada por las circunstancias, por los momentos, por su propia naturaleza. Sí existe el remordimiento en el interior de Eloy Granero, pero por motivos y razones muy diferentes por los que podamos tener la mayoría.


¿Por qué parece que a tipos como a Eloy siempre le va bien en la vida?


Porque somos tremendamente miopes y el concedemos al aspecto material toda la importancia. El “tanto tienes, tanto vales” se cumple más de lo que debiera, y muy especialmente durante los últimos años, que hemos contemplado con admiración a todos esos personajes que han devorado el propio y monstruoso engendro económico que habían construido a costa de nuestras hipotecas, de nuestro esfuerzo. Tampoco creo que parezca que les va muy bien en la vida, son más visibles, nada más. Seguramente nosotros somos mucho más felices.





¿Tienen Claudia y Eloy algún futuro juntos?


Me han formulado esta misma pregunta docenas de veces. Claudia y Eloy, a su manera, tienen un pasado, un pasado intenso y admirado. Bases más que sólidas para contar con un futuro estable. No me extrañaría abrir el buzón cualquier día y encontrarme una invitación de boda.


¿Qué esperas que encuentren tus lectores en esta novela?


El orden de la memoria es una novela de varias capas o texturas. Es decir, es una historia que esconde una intriga, sí, pero también es un retrato psicológico, de la misma manera que se puede considerar como un retrato social. Y es una novela de descubrimientos, comenzando por la personalidad de Eloy Granero. Entiendo que son diferentes y muy variados los elementos por los que se puede sentir atraído cualquier lector.


¿Tienes ya nuevos proyectos?


No, y sí, pero nada todavía lo suficientemente definido. Tengo ideas, breves fragmentos que tal vez me indiquen un camino, nada más. En cualquier caso, puedo adelantar que no se parecerá en nada a El orden de la memoria.


Muchas gracias, Salvador, por tu tiempo, tus interesantes respuestas y tus fotos. Espero que El orden de la memoria te de muchas alegrías y pronto nos ofrezcas nuevos proyectos tan interesantes como siempre.


A vosotros, queridos seguidores, gracias por estar ahí una vez más.



Cristina Monteoliva


EL ORDEN DE LA MEMORIA. Salvador Gutiérrez Solís
12/10/2009 21:34:38

Título: El orden de la memoria


Autor: Salvador Gutiérrez Solís


Editorial: Destino


Págs: 304


Precio: 18,50 €



Voluntaria o involuntariamente: todos hacemos balance de nuestra vida alguna vez que otra. A nuestra mente se nos vienen los recuerdos de nuestra niñez, los de la juventud temprana, los de las personas que aún nos acompañan y los de aquéllos que ya nunca volverán. Seguro que en más de una ocasión se cuelan también recuerdos desagradables, sucesos de nuestra vida que nos marcaron y que quisiéramos borrar de nuestra mente. De esto sabe especialmente Eloy Granero, el protagonista de El orden de la memoria, la novela de Salvador Gutiérrez que hoy comentaremos.


Eloy Granero tiene unos grandes almacenes de éxito, un dúplex de seiscientos metros cuadrados, una asistenta la mar de eficiente, dos ex mujeres y una cámara de fotos que le ha acompañado en muchos momentos de su vida. Como es habitual, Eloy lleva unos carretes a revelar a la tienda de Claudia, su vecina y amiga, una persona de total confianza. Poco hace imaginar lo que Claudia encontrará entre las fotos reveladas, entre esos negativos olvidados que tal vez sería mejor haberlos dejados en el baúl del olvido para siempre. Pero, ¿qué oscuro secreto podría guardar una persona como Eloy?


Existe un narrador en tercera persona en esta obra, uno de esos seres meticulosos y ordenados que nos acerca a la vida de Eloy Granero, a su pasado, su presente, a su manera de ser y de no ser, utilizando para ello un ritmo in crescendo, una narración atractiva que nos conducirá hasta el final más inesperado. Este guía, que no se identifica con ningún personaje de la obra, no es tampoco un narrador cualquiera, pues no sólo se comunica con nosotros, los lectores, sino que también lo hace con Eloy, quien le escucha y a veces le contesta, como si estuviera oyendo el discurso de un amigo, tal vez el único verdadero que Eloy posea.


El protagonista de esta historia es el ya mencionado Eloy Granero, un niño de papá acostumbrado a tenerlo todo en la vida, el mismo que heredara la presidencia de los Almacenes Granero aún cuando su hermana estuviera más preparada para asumir el cargo. A Eloy le gustan la fotografía, las putas, los tobillos de su última ex, el orden y no perder el tiempo. Eloy parece un hombre tranquilo, un tipo que nunca ha roto un plato, un ser anodino cuyo mayor atractivo es el dinero. Nada más lejos de la realidad: Eloy no es tan simple, ni su obsesión por el orden y el tiempo, tan inofensiva. Pero, ¿qué se esconde tras esta fallada? ¿Qué oscuros secretos puede esconder alguien tan respetable?


La clave para resolver el enigma nos la dará Claudia, la servicial dueña de la tienda de fotos. Claudia es discreta, amable, paciente. Claudia revela las fotos de Eloy con cuidado, presta atención a los detalles, ama a su vecino y amigo en silencio. Tal vez lo que descubra en ese carrete viejo no tenga importancia, tal vez lo signifique todo. Pero, insisto: será ella la que nos lo indique.


El orden de la memoria, en definitiva, no es sólo el retrato tanto de un segmento concreto de la sociedad española actual como de la vida de un hombre adinerado, en particular, en un estadio concreto de su vida, un análisis de su pasado y de las relaciones que ha mantenido y mantiene con todos las personas de su entorno, un documento que explica los pasajes que han marcado la vida de este personaje tan rico en matices, este ser sin objetivos reales en su vida, pues de eso nunca ha tenido que preocuparse; sino también una obra llena de intriga, de desazón y también de amor y esperanza, una sorprendente y original historia que no podrás dejar de leer hasta el final.


Está bien echar la vista atrás a veces, recordar lo pasado, sea bueno o malo. Tal vez no deberíamos obsesionarnos en demasía por algunos recuerdos, mirar adelante sin más. En fin, que cada uno decida lo que crea más oportuno, que ordene o desordene su memoria. En todo caso, no dejéis de leer El orden de la memoria, una novela que no os dejará indiferentes.



Cristina Monteoliva

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